El rico propietario de una gran hacienda tuvo una abundante cosecha. Sus graneros eran demasiado pequeños, así que decidió construir otros nuevos, lo suficientemente amplios para almacenar sus riquezas. Entonces se dijo a sí mismo: «Ahora puedo disfrutar de la vida y dejar de preocuparme por el mañana». ¡Error de cálculo! Escucha lo que Dios le dijo: «Necio, esta misma noche morirás. ¿Qué te quedará?». Este es el destino de todos los que acumulan riquezas terrenales y que tendrán que presentarse ante Dios con las manos vacías (Lucas 12:21).

Jesús contó esta parábola porque le pidieron consejo sobre una herencia. Así demostró lo poco que valen las cosas materiales en comparación con las eternas. ¿Qué es lo más importante? Dios no ve las cosas como nosotros. Por lo tanto, vale la pena invertir en los valores imperecederos.

Guardaos de toda avaricia, porque la vida no depende del poseer muchas cosas.

Lucas 12:15b

¿Con qué vas a presentarte ante Dios?

Texto de la semana: Lucas 12:13-21 (texto original de la parábola)