Terrorismo, volcanes, terremotos, incendios forestales, inundaciones, cáncer, CO2, residuos plásticos…. ¡qué fuente de ansiedad! Pero la forma de enfrentarlo no está en idealizar los viejos tiempos mejores ni en huir al mundo virtual.

Cuando vio al buen perro pastor, la pequeña Amanda entró en pánico y se refugió en los brazos de su padre. Poco antes, había tenido una experiencia traumática con otro perro. Ahora aprende en los brazos de su padre a superar este trauma. El padre juega un papel central en este importante proceso de aprendizaje.

Nuestro Padre celestial nos conoce bien. Cerca de él, podemos exponer cualquier cosa que nos inquiete. En comunión con él aprendemos a comprender y superar los miedos. En la Biblia encontramos más de treinta consejos para vencer el miedo, como por ejemplo en Isaías 41, 10: «No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa».

«En el mundo habréis de sufrir,
pero tened valor, yo he vencido al mundo».

Palabras de Jesús en Juan 16, 33b

¿Dónde te refugias cuando tienes miedo?

Texto de la semana: Juan 16, 29-33

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